miércoles, 23 de marzo de 2011

BUSCO UNA MOCHILA


Busco una mochila ni grande ni pequeña,
donde quepa lo justo que necesito para el viaje.

Busco una mochila sencilla, con capacidad para albergar todo
lo que llevo en mi alma, lo que da sentido a mi vida, aquello
que me mueve, que me invita a avanzar sin cansancio,
a caminar con rumbo fijo.

Busco una mochila resistente, que no se rompa en la adversidad,
que pueda acoger mi vida y la de los demás.

Busco una mochila con departamentos para poder organizar
adecuadamente aquello que llevo para el viaje,
para que no se envuelvan pensamientos, sentimientos, experiencias…
donde pueda almacenar de forma rápida lo más urgente
en los espacios más cercanos y pueda dejar en un lugar
más oculto aquello que necesitaré solo en determinadas ocasiones.

Busco una mochila amplia donde pueda meter a todos
los que viajan conmigo, que no se quede ninguno fuera
pues sin ellos mi camino no tiene el mismo sentido.

Una mochila sin candados que aten, que me permitan ser libre,
llevar, traer, sacar,… que no aprisione mi corazón
y que me permita ser tal cual soy, mostrarme a los demás
como lo que soy y adonde voy.

Una mochila con buenas y resistentes agarraderas
para poder llevarla donde la necesite, donde me necesiten.
Con ruedas que, en determinados momentos,
faciliten su transporte para así centrarme en el camino
sin pararme a pensar en el peso que llevo
o en el contenido de su carga.

Una mochila bonita, alegre… que produzca una sonrisa
en aquellos que la miren, en aquellos que me miren desde dentro
porque valoran mi camino, porque da sentido también al suyo.

Busco una mochila con un único contenido: Dios.
La razón de mi existencia.
Dios manifestado en cada una de las cosas que contiene,
el motivo profundo de mi viaje.

Quiero compartir mi mochila contigo… y también contigo…
con todos aquellos que hacéis de ella un canto de alabanza
a la amistad, a la solidaridad, al Amor verdadero.

Una mochila sin viaje de poco sirve, un viaje sin mochila sería
absurdo porque carecería de sentido… porque esa mochila...
soy yo y conmigo viaja todo lo que soy.

Esté donde esté, haga lo que haga, la mochila viene conmigo
porque deseo que así sea, porque da sentido a mi existencia
de la misma manera que le das sentido tú amiga mía al caminar
a mi lado.

Elige el color que mas te agrade, y llévala con gozo.
Que Dios les anime a cada uno a llevar siempre con gozo su mochila,
Sabiendo que Dios tiene cuidado de nosotros.