viernes, 27 de mayo de 2011

RECUERDAS MAMÁ?..






Había pasado todo el día con su mamá, en un gran almacén.
Esa bella pelirroja, con cara pecosa, clara imagen
de la inocencia, no debe de haber tenido más de 6 años.

Cuando se disponían a abandonar el almacén, llovía a cántaros.
Aquella clase de lluvia que, cuando cae tan fuerte,
no logras distinguir la distancia entre una gota y otra...

ni siquiera las ves golpear el suelo...

Todos nos quedamos frente a la puerta, resguardados
de la lluvia. Esperábamos, algunos con paciencia,
y otros irritados porque la naturaleza les estaba
estropeando su prisa rutinaria.
   

Siempre me ha encantado la lluvia.
Me pierdo ante la vista de los cielos, lavando la suciedad
y el polvo de este mundo.
Al mismo tiempo, los recuerdos de mi infancia,
corriendo bajo la lluvia, son bienvenidos
como una forma de aliviar todas mis preocupaciones.

La voz de esta chiquita era muy dulce, y rompió mi trance
Hipnótico con esta inocente frase:

"Mamá, corramos a través de la lluvia".

"Sí, mamá... Corramos a través de la lluvia".

"No, mi amor... Esperemos a que pare la lluvia",
Contestó la mamá pacientemente...

La niña esperó otro minuto, y repitió:

Mamá, corramos a través de la lluvia”

Y la mamá le dijo:

"Pero si lo hacemos, nos empaparemos..."

"No, mamá, no nos mojaremos.
Eso no fue lo que le dijiste esta mañana a papá..."

Tal fue la respuesta de la niña, mientras andaba del brazo
de su madre...

"¿Esta mañana?...¿ cuándo dije que podemos correr a través
de la lluvia, y no mojarnos?"

"¿Ya no lo recuerdas?”

Cuando hablabas con papá acerca de su cáncer
le dijiste que si Dios nos hace pasar a través de esto,
puede hacernos pasar a través de cualquier cosa”.

Todos nos quedamos en absoluto silencio.

No se escuchaba más que la lluvia.

Nos quedamos parados, silenciosamente.
Nadie entró ni salió del almacén en los siguientes minutos.

La mamá se detuvo a pensar por un momento acerca
de lo que debería responder.
Este era un momento crucial en la vida de esta jovencita,
un momento en el que la inocencia y la confianza podían ser motivadas,
de manera que, algún día florecieran en una inquebrantable fe...

"Amor, tienes toda la razón, Corramos a través de la lluvia.
Y si Dios permite que nos empapemos, puede ser que Él sepa
que necesitamos una lavadita"... Y salieron corriendo…


Todos nos quedamos viéndolas, riéndonos mientras corrían
por el estacionamiento, pisando todos los charcos.

Por supuesto que se empaparon, pero no fueron las únicas…
Las siguieron unos cuantos que reían como niños mientras
corrían hacia sus autos.

Sí, es cierto, yo también corrí.
Y sí, también me empapé…. seguro Dios pensó que necesitaba
una lavadita.

Las circunstancias o las personas, pueden quitarnos nuestras
posesiones materiales, pueden llevarse nuestro dinero,
y pueden llevarse nuestra salud.

Pero nada ni nadie puede quitarnos nuestras más valiosas
posesiones.


"Siempre llega el día en que nuestros recuerdos
son nuestra riqueza."






FE Y PARAGUAS




En un pueblito de zona rural en los años 50, se produjo una larga sequía
que amenazaba con dejar en la ruina a todos sus habitantes,
debido a que subsistían con el fruto del trabajo del campo.
A pesar de que la mayoría de sus habitantes eran creyentes,
ante la situación límite, marcharon a ver al pastor de la iglesia y le dijeron:
 
- "Pastor, si Dios es tan poderoso, pidámosle que envíe la lluvia
necesaria para revertir esta angustiante situación."
- "Está bien, le pediremos al Señor, pero deberá haber una condición indispensable."
- "¡Díganos cuál es!", respondieron todos.
- "Hay que pedírselo con fe, con mucha fe", contestó el pastor.
- "¡Así lo haremos, y también vendremos a los cultos de la iglesia
todos los días!"
Los campesinos comenzaron a ir al templo todos los días,
pero las semanas transcurrían y la esperada lluvia no se hacía presente.
Un día, fueron todos a enfrentar al pastor y reclamarle:

- "Pastor, usted nos dijo que si le pedíamos con fe a Dios que enviara
 las lluvias, El iba a acceder a nuestras peticiones.
Pero ya van varias semanas y no obtenemos respuesta alguna."
- "¿Han ustedes pedido con fe verdadera?", les preguntó el pastor.
- "¡Sí, por supuesto!", respondieron al unísono.
- "Entonces, si dicen haber pedido con Fe Verdadera...

¿porqué durante todos estos días ni uno solo de ustedes

ha traído el paraguas?"
Pongamos nuestra fe en obra.

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve"
Hebreos 11:1