AYUNA Y LLÉNATE



Aunque vemos esta mesa con ricos manjares….

Sabemos que el ayuno hace bien para nuestro cuerpo material,
el cual tiene la virtud de desintoxicarnos; o sea, limpiarlos de
todas las impurezas que vamos recogiendo día a día.

El ayuno que propongo sin dudas tiene un motivo mucho
más importante, ya que no solo afecta positivamente a nuestra
vida tanto física como espiritual... sino también a los que nos rodean.

Pongámoslo en práctica y veremos inmediatamente el resultado.

Este ayuno tiene como objetivo vaciar nuestro corazón para llenarlo
de algo más valioso y positivo.

Ayuna de juzgar a otros…
descubre a Dios que vive en ellos.

Ayuna de palabras hirientes…
llénate de frases sanadoras.

Ayuna de descontento…
llénate de gratitud.

Ayuna de enojos…
llénate de paciencia.

Ayuna de pesimismo…
llénate de esperanza.

Ayuna de preocupaciones…
llénate de confianza en Dios.

Ayuna de quejarte…
llénate de aprecio por la maravilla que es la vida.

Ayuna de las presiones que no cesan…
llénate de una oración que trae descanso.

Ayuna de amargura…
llénate de perdón.

Ayuna de darte importancia a ti mismo…
llénate de compasión por los demás.

Ayuna de ansiedad sobre tus cosas…
comprométete en la propagación de la conciencia de Dios.

Ayuna de desaliento…
llénate del entusiasmo de la fe.

Ayuna de pensamientos mundanos…
llénate de las verdades que fundamentan la santidad.

Ayuna de todo lo que te separe de Dios…
llénate de todo lo que a El te acerque.

Con todo cariño y buena semana....




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