domingo, 8 de mayo de 2011

CON LAS ALAS ABIERTAS



Hoy voy a llegar a ti con toquecitos cortos,
con pensamientos breves, ¡con chispitas de luz!


No quites lo fundamental de tu semilla:
el cascarón sólo la recubre.


No quites la oración de tu vida:
el bullicio sólo la confunde.


No quites el amor de tus actos:
la aridez sólo los seca y los deshace.


No quites el corazón del mundo:
el vacío lo enfría.


No quites las columnas de tu edificio,
porque el viento se lo lleva.


No quites tu pie del pedal,
porque te faltarían fuerzas para arrancar.


No quites la mirada de tu montaña,
porque te faltarían alas para el vuelo.


No quites el caudal de tu corriente, porque
te quedarías empantanado en la mediocridad.


No quites el color a tu pincel,
porque se convertiría en una caña hueca.


No llores sobres tus escombros, porque
te faltaría experiencia para empezar de nuevo.


No te encumbras demasiado, porque
de ahí nacen las peores caídas.


No te coloques detrás del sol, porque
te faltaría luz en los ojos.


No te rías detrás de la hipocresía, porque
te faltaría verdad en el corazón.


No te rindas al brillo del dinero, porque
te convertirías en metal.


No te midas por lo que hiciste,
sino por lo que llevó dentro tu proceder.


No obres por mandato, porque
te convertirías en esclavo.


No juzgues por apariencias, porque
te convertirías en un frívolo.


No vivas de promesas, porque
te convertirías en un soñador.


No te concentres demasiado en ilusiones,
porque la vida se maneja entre realidades.


No te asustes de ti mismo:
ten el valor de verte “como eres”.


No te sientes a ver pasar la vida, porque
luego no sabrás como


No des a nadie por perdido:
si no sabe trabajar sobre sí mismo,
deja que Dios trabaje sobre él.


No reluzcas tanto tu éxito, mejor sería lucir
un huequito en el corazón por donde todos
divisen el amor.


No escatimes el perdón:
es imposible caminar con tantas heridas abiertas.


Nunca te inquietes demasiado pensando
que no puedes: eres débil hasta que la vida
te deja ver tu fortaleza.


No centres tu vida en la importancia que tienes,
sino en lo importante que son los otros para ti.


No hagas de tu sueño algo perdido:
nunca sabrás lo que vale hasta que lo veas
dando frutos en la realidad.


No sepultes para siempre la vocación
con la que naciste, porque dentro vivirá
una raíz reclamándote toda la vida.


No pienses que Dios tensa tus cuerdas
para hacerte sufrir, sino para que des el tono
y afines los sentimientos.


Nunca te sientas solo:
siempre hay alguien esperando

No creas que tu cruz es la más pesada:
hay otras más difíciles de cargar.


No hables de Dios y su justicia,
porque siempre quedarás en deuda.


No pierdas el timón,
porque perderías el rumbo.


No pierdas el motivo,
porque perderías el impulso.


No pierdas la emoción de vivir,
porque perderías la llama que calienta el corazón
e ilumina la vida.


No pierdas la fe...

¡porque seria imposible vivir sin ella!

Zenaida Bacardí

1 comentario:

  1. me gusto mucho lo de:

    No te asustes de ti mismo:
    ten el valor de verte “como eres”

    te quiero amasis!

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