miércoles, 4 de mayo de 2011

VERDADERO AMOR






Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde yo trabajo
para hacerse curar una herida en la mano.

Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté
qué era eso tan urgente que tenía que hacer.


Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos
para desayunar con su mujer que vivía allí.

Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar
y que tenía un Alzheimer muy avanzado.

Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella
se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.


-No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy.
Hace ya casi cinco años que no me reconoce.


Entonces le pregunté extrañado.


-Y si ya no sabe quién es usted,
¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?


Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
-“Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien
quién es ella”.


Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé:

-“Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.

El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico.
El verdadero amor es la tierna aceptación
de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será
y de lo que ya no es”…







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